Morielli barriendo el nuevo estudio atomiko
Radio Atomika encara un proceso de renovación en varios sentidos. El principal, el más visible, a partir de los próximos días, es el referente a la sede geográfica. Al lugar en el mundo. A la nueva casa. Antes frente a la plaza de la Municipalidad y del edificio de TELECOM, como una metáfora de vigilia del poder político de turno. Una especie de observatorio constante (hoy tan de moda entre el politic power y los medios y no tan medios de prensa). Esa etapa tan encantadora quedó atrás. Y ahí atrás también, las migajas de un pasado reciente que nadie se animará a devorar y que nos empachó de reviente y rock durante 4 años. Qué honor haber formado parte.
Y seguir siéndolo también en este nuevo escenario. Más alejados del centro cívico del San Martín DF que tantas fantasías alimentó. Es como que el tiempo nos apartó de la plaza, del centro neuronal donde ocurren las mejores y peores cosas. Ahora, Radio Atomika se afincará entre hogares de familia, un juzgado, la sede de la UOM regional, pymes patéticas y árboles casi frondozos. Nos alejamos un poco del ruido. Desde la puerta nos vigilan veredas asfaltadas, un jardín de infantes justo en frente, calles menos populosas, y dos señales de tránsito: prohibido estacionar y prohibido doblar a la izquierda. Antes de empezar ya rompimos una regla: por naturaleza y elección, siempre nos gustó la “sinistra”.
Upa!! Ahora que escribo, mientras miro el partido de Estudiantes por la Copa, me acuerdo de otra cosa. Radio Atomika tendrá un vidrio polarizado que lo separe de la realidad. Sólo eso entre nosotros y la señora que pasa con la bolsa de los mandados. Otra señal que nos marca que siempre hemos tenido una visión decolorida de lo que pasa en la calle.
También tenemos un estudio un poco más grande y un baño con pileta. Me dijeron que va a haber una heladera con bebidas frescas y alguien soñó con instalar una hornalla para hacer fideos. A todos nos gustan las buenas pastas.
Pero toda esta pelotudez enmarca, en realidad, algo mucho más importante y grandioso. Seguimos en pie. Renovados. Un poco cansados de laburar en la instalación de la radio, un poco hartos de ciertos vicios mediáticos, un poco en desacuerdo con algunas costumbres, un poco desairados con desilusiones pasadas… pero renovados hasta las bolas. Nos sentimos como un chico que recibe un nuevo juguete y quiere usarlo pronto. Nos sentimos como un participante de “Cuestión de Peso” en una Parrilla Libre. Nos sentimos como Silvia Suller en el vestuario de San Lorenzo. Nos sentimos como comunicadores alternativos, amantes del eter, con radio nueva. Así de sencillo. Así de complejo.
Es una nueva lucha ganada. Perdimos un lugar pero conseguimos otro. Salimos del aire unos meses pero volvimos pronto. Siempre respetando el 106.1 mhz (¿se escribe megahertz?) Pero por sobre todo, siempre respetando nuestro antojo. No digo ideales, ética, moral, valores. Digo antojo. Siempre respetando nuestro antojo. Volvemos al aire, muy pronto. ¿Y qué? ¿Cómo “y qué”, te parece poco?
A estar atentos, oyentes atomikos. En cuanto se quieran dar cuenta, en cuanto se distraigan… les vamos a estar entrando por la oreja, de vuelta. Esta en nuestra naturaleza: nunca bajar los brazos, nunca rendirnos ante los pormenores, nunca dejar de salir al aire. Que bueno sería que todo sea así… aún si eso implica ver laburar al Comandante y al Gendarme.