Ya lo dijo Enrique Symns, "la historia de la hipocresía podría ser contada desde la actitud represiva que las instituciones religiosas y políticas sostuvieron hacia las prostitutas a través de los siglos". Pero hay otra historia que no pertenece a las trabajadoras sexuales, sino a las esclavas sexuales, aquellas mujeres obligadas a prostituirse contra su propia voluntad. Y este horror también tiene sus páginas en la historia de la hipocresía, páginas escondidas, borroneadas, libros que nadie quiere leer porque es parte de nuestra propia vergüenza.
Desde los viejos tiempos en que los piratas imperiales traficaban negros, pasando por la reciente Zwi Migdal, hasta nuestros días en donde la televisión vende lo que las leyen prohíben, sabemos que las grandes fortunas se amasaron traficando personas, drogas y armas.
Pero hay gente que hace el trabajo que los superhéroes a sueldo de Hollywood no quieren hacer, investigar y denunciar al poder político, policial y empresarial que amasan sus fortunas a la sombra del delito y la impunidad.
Entrevista a Lucas manjón de la Fundación Alameda.